No he querido pasar ni un día más sin escribir sobre este tema.
Por varias razones.Porque me preocupa.
Y porque no quiero que se confunda "chicha con limonada".
Yo he propagado en este Semanario y en cuanto lugar puedo expresar mi opinión, mi convicción de que el consumo y el autocultivo (incluso en cooperativas) de la marihuana, debería estar legalizado y no criminalizado.
He dado mi opinión y mis puntos de vista sobre ese tema y hoy no desperdiciaré ni un momento en volver a él.
Hoy quiero referirme específicamente a ese flagelo que estamos viviendo, en especial nuestros jóvenes y niños. Esa enfermedad social que no tiene ningún punto de comparación con la marihuana, sino que más bien es contraria, opuesta, en sus efectos, en sus consecuencias y hasta en su influencia en el desarrollo del individuo.